13 Entonces declararás delante del SEÑOR tu Dios: “He dado todos mis diezmos regulares, y además he dado de mis bienes a los levitas, a los exiliados, a los huérfanos y a las viudas, de la manera que tú me lo ordenaste. No he violado ni olvidado ninguna de tus reglas.
14 No he tocado el diezmo estando yo ceremonialmente impuro (por ejemplo estando de duelo), ni lo he ofrecido a los muertos. He obedecido al SEÑOR mi Dios y he hecho cuanto me has mandado.
15 Mira desde tu santa morada en el cielo y bendice a tu pueblo y la tierra que nos has dado tal como prometiste a nuestros antepasados, una tierra de la que fluye leche y miel”.
16 »Obedecerás de todo corazón todos estos mandamientos y ordenanzas que el SEÑOR tu Dios te está dando hoy.
17 Tú has declarado en este día que él es tu Dios y has prometido obedecerle y guardar sus mandamientos y ordenanzas y atender cuanto él te diga que hagas.
18 El SEÑOR ha declarado en este día que tú eres su pueblo de la manera que él lo prometió y que debes obedecer sus leyes,
19 y que si lo haces, él te exaltará sobre todas las demás naciones, haciendo que recibas el honor, el elogio y la fama. Pero para alcanzar ese honor y fama debes ser un pueblo santo consagrado al SEÑOR tu Dios, de la manera que él lo pide».