9 Así que los levitas Jesúa, junto con sus hijos y hermanos, Cadmiel y sus hijos, que eran descendientes de Hodavías, y los de la familia de Henadad, se pusieron al frente de la obra, para supervisar a los obreros que estaban trabajando en el templo de Dios.
10 Cuando se completó la construcción de los cimientos, los sacerdotes, vestidos con sus túnicas sacerdotales, hicieron sonar las trompetas, y los descendientes de Asaf hicieron sonar sus címbalos, para alabar al SEÑOR de la manera ordenada por el rey David.
11 Cantaban y alababan a Dios dando gracias, y entonaban esta canción: "Dios es bueno, porque para siempre es su misericordia con Israel." Entonces todo el pueblo gritó con gran júbilo y alabó al SEÑOR, porque se habían echado los cimientos del templo.
12 Pero muchos de los sacerdotes, levitas y demás dirigentes, que ya eran ancianos y recordaban el hermoso templo de Salomón, lloraban en alta voz, mientras los otros gritaban de gozo.
13 Los gritos de alegría y los llantos se confundían, y se oían desde muy lejos.