6 Sin pérdida de tiempo, el faraón salió en su carro de guerra para perseguir al pueblo de Israel,
7 seguido por todos los carros de guerra de Egipto, seiscientos en total, y otros más conducidos por los oficiales egipcios.
8 Lo hizo porque el SEÑOR le había endurecido el corazón. Así que salió en persecución de Israel, el cual marchaba firme y confiado en la victoria.
9 Todo el ejército del faraón, compuesto por caballos, carros de guerra, jinetes y las tropas de a pie, salió en persecución de los israelitas. Y los alcanzaron cerca de Pi Ajirot, frente a Baal Zefón, junto al mar, donde estaban acampando.
10 Cuando los israelitas vieron que a lo lejos venía el ejército egipcio en su persecución, tuvieron mucho miedo, y clamaron al SEÑOR en busca de ayuda.
11 Luego se volvieron contra Moisés, diciéndole: «¿Nos has traído para que muramos en el desierto? ¿Acaso no había suficientes tumbas en Egipto para enterrarnos? ¿Por qué nos hiciste salir de Egipto?
12 Cuando éramos esclavos, ¿no te dijimos que mejor nos dejaras tranquilos, que era mucho mejor ser esclavos de los egipcios que morir en el desierto?»