30 También lo usarás para ungir a Aarón y a sus hijos, consagrándolos para que puedan servir delante de mí como sacerdotes.
31 Y dile al pueblo de Israel: “Éste será siempre mi aceite de unción.
32 No debe ser derramado sobre personas comunes, y no harás jamás este aceite por tu cuenta, porque es sagrado y será tratado por ti como algo sagrado.
33 Cualquiera que prepare un aceite semejante a éste o lo ponga sobre alguien que no sea un sacerdote, será expulsado de la comunidad”».
34 Éstas fueron las instrucciones que el SEÑOR le dio a Moisés acerca del incienso: «Tomarás cantidades iguales de aromas: resina, uña aromática, gálbano e incienso puro,
35 y, según las técnicas del perfumista, harás un perfume sazonado con sal. Será un incienso puro y santo.
36 Molerás una parte y la pondrás frente al cofre, donde yo me reúno contigo en el santuario. Este incienso es muy sagrado.