20 Moisés tomó a su esposa y a sus hijos, los puso sobre un burro, y regresó a la tierra de Egipto, llevando en la mano la vara de Dios.
21 Y el SEÑOR le dijo:—Cuando hayas regresado a Egipto tienes que hacer delante del faraón los milagros que te mostré. Sin embargo, yo haré que el faraón se niegue a dejar salir al pueblo.
22 Así que tú le dirás: “El SEÑOR dice: `Israel es mi hijo primogénito,
23 y yo te he ordenado que lo dejes salir, para que vaya a adorarme, pero te has negado. Por lo tanto, mataré a tu primogénito'”.
24 Durante el viaje, Moisés y su familia se detuvieron para pasar la noche. Allí el SEÑOR se le apareció y amenazó con matarlo.
25-26 Pero Séfora, la esposa de Moisés, tomó un cuchillo de pedernal y cortó el prepucio del pene de su hijo. Luego, con el prepucio tocó los genitales de Moisés, y le dijo:—Me has resultado un marido de sangre.Entonces Dios lo dejó ir.
27 Mientras tanto, el SEÑOR le había dicho a Aarón:—Vé al desierto a encontrarte con Moisés.Aarón viajó hasta Horeb, el monte de Dios, y allí se encontró con Moisés, y ambos se saludaron con mucho cariño.