2 Al salir hacia el oriente, encontraron una llanura en la región de Sinar, y se quedaron a vivir allí.
3 Un día decidieron hacer ladrillos y cocerlos en el fuego. De ese modo usaron los ladrillos en lugar de piedras. Además, emplearon el alquitrán en lugar de mezcla.
4 Después dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre altísima, que toque el cielo. Así nos haremos muy famosos y no tendremos que vivir por siempre errantes».
5 Entonces el SEÑOR bajó para ver la ciudad y la torre que estaban edificando,
6 y pensó: «Esto lo pueden hacer porque forman un solo pueblo y hablan el mismo idioma. Esa torre es sólo la primera de muchas otras obras que harán. ¡Todo lo que se propongan hacer lo harán y nadie podrá detenerlos!
7 Vamos, descendamos y hagamos que hablen diversos idiomas, para que no puedan entenderse».
8 Así, pues, Dios los esparció por toda la tierra, lo que impidió que terminaran la construcción de la ciudad.