4 En ese mismo lugar Abram había construido un altar para invocar el nombre del SEÑOR.
5 También Lot, que iba con Abram, tenía muchas ovejas, vacas y carpas.
6 De modo que ya no podían vivir juntos, pues el campo no era suficiente para alimentar a tantos animales.
7 Por eso, había muchas peleas entre los pastores que cuidaban los rebaños de Abram y los que cuidaban los rebaños de Lot. En ese tiempo, los cananeos y los ferezeos todavía vivían en aquella región.
8 Así que un día Abram le dijo a Lot: «Recuerda que tú y yo somos parientes, de modo que no es bueno que haya peleas entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos.
9 Mira, ahí tienes una gran extensión de tierra. Escoge dónde quieres irte a vivir. Si te vas a la región que está a la izquierda, entonces yo me iré a la que está a la derecha; pero si te vas a la derecha, entonces yo me iré a la izquierda».
10 Lot contempló toda la extensa llanura del Jordán, y vio que toda esa región, hasta Zoar, era muy buena para la agricultura, pues tenía mucha agua. Era como el jardín del SEÑOR o como la tierra de Egipto. Así era esa región antes de que el SEÑOR destruyera a Sodoma y a Gomorra.