38 Esaú insistió:—¿No tienes ninguna bendición para mí? ¡Padre mío, bendíceme también a mí!Y se puso a llorar a gritos.
39 Entonces Isaac le dijo:«Vivirás lejos de las tierras fértiles y de la lluvia que cae del cielo.
40 Para poder vivir tendrás que usar tu espada, y servirás a tu hermano por un tiempo.Pero cuando seas más fuerte te liberarás del dominio de tu hermano».
41 Entonces Esaú se llenó de odio contra Jacob por lo que éste le había hecho, y se dijo: «Pronto morirá mi padre, y en cuanto esto haya ocurrido, mataré a Jacob».
42 A Rebeca le contaron lo que estaba planeando Esaú. Entonces mandó a llamar a Jacob, y le dijo:—Me he enterado de que tu hermano Esaú anda con intenciones de matarte.
43 Por eso, hijo mío, haz lo que te voy a decir: Levántate y vete a la casa de mi hermano Labán, que vive en Jarán.
44-45 Quédate allá hasta que el tiempo haya aplacado la furia de tu hermano y se haya olvidado de lo que hiciste. Entonces yo te mandaré a buscar. ¿Por qué he de perder a los dos el mismo día?