19 Para obtener tu alimento tendrás que trabajar mucho, hasta el día de tu muerte; ese día volverás a la tierra de la cual fuiste hecho, pues eres polvo y al polvo tendrás que volver.
20 Luego el hombre le puso a su mujer el nombre de Eva, pues ella sería la madre de todos los seres humanos.
21 Dios el SEÑOR hizo túnicas de pieles de animales, y con ellas vistió al hombre y a su mujer.
22 Y dijo: «Ahora el ser humano es como uno de nosotros, pues sabe lo que es bueno y lo que es malo, no conviene que tome del fruto del árbol de la vida y viva para siempre».
23 Entonces Dios el SEÑOR expulsó al hombre y a la mujer del jardín de Edén, y puso al hombre a que trabajara la tierra de la cual fue hecho.
24 Después de haber expulsado al hombre y a la mujer, Dios puso al oriente del jardín de Edén a los querubines, y una espada encendida que giraba en todas las direcciones, para evitar que nadie pudiera llegar hasta el árbol de la vida.