5 —Su padre ya no me trata como antes, ¡pero el Dios de mi padre siempre ha estado conmigo!
6 Ustedes saben cuánto he trabajado para Labán,
7 pero él ha buscado la manera de engañarme, y ha violado una y otra vez el contrato de salario que tiene conmigo. Pero Dios no ha permitido que me haga daño.
8 Si él decía que las ovejas manchadas serían mías, entonces todo el ganado comenzaba a salir pinto. Pero después él cambiaba y decía que serían míos los animales que nacieran rayados, y entonces todos los corderos nacían rayados.
9 De esta manera Dios me ha enriquecido a expensas del padre de ustedes.
10 »En el tiempo en que los animales estaban en celo tuve un sueño. En ese sueño veía que los chivos que se unían a las cabras eran manchados, rayados o moteados.
11 Entonces, en el sueño, el ángel de Dios me llamó por mi nombre, y yo le contesté: «Aquí estoy».