14 José reunió todo el dinero de Canaán y de Egipto a cambio del trigo que les vendía, e ingresó ese dinero en la tesorería del faraón.
15 Cuando a la gente se le terminó el dinero, fueron a José a suplicar que se les diera alimentos.—Se nos ha terminado el dinero —dijeron—. Por favor, dénos alimentos, porque si no moriremos de hambre.
16 —Bueno —replicó José—, denme sus ganados y yo les daré alimentos en cambio.
17 Así que trajeron el ganado a José para cambiarlo por alimentos. Pronto todos los caballos, ovejas, vacas y burros que había en Egipto pasaron a ser del faraón.
18 Al año siguiente vino nuevamente el pueblo y le dijo:—Señor, usted sabe que ya no tenemos dinero. Además, todo nuestro ganado ahora es suyo. Tan solo podemos pagarle con nuestros cuerpos y nuestras tierras.
19 ¿Por qué hemos de morir? Cómprenos a nosotros y a nuestras tierras, y seremos esclavos del faraón. Cómprenos a nosotros por alimentos para que vivamos y para que la tierra no quede deshabitada.
20 Entonces José compró toda la tierra de Egipto para el faraón. La verdad es que, debido al hambre, los egipcios vendieron sus tierras. De ese modo, todo el país pasó a poder del faraón.