5 La mortandad marcha delante de él. Por donde pasa quedan las huellas de su terrible marcha.
6 Si se detiene, entonces la tierra tiembla; lanza una mirada a las naciones, y éstas se espantan. Ante él se desmoronan las viejas montañas y los cerros antiguos se derrumban. ¡Su poder es el mismo de siempre!
7 Veo a los habitantes de Cusán llenos de miedo y a los de Madián muertos de pavor.
8 »SEÑOR, cuando montaste sobre tus caballos y trepaste a tu carro de guerra, ¿estabas, acaso, enojado con los ríos y con el mar que causaste tantos estragos en la naturaleza?
9 Tienes el arco listo para disparar tus flechas. Usas los ríos para agrietar la tierra.
10 Los montes te vieron y temblaron. Se desata un aguacero torrencial y una tormenta que agita el mar y eleva sus olas llenas de espuma.
11 Hasta el sol y la luna se detuvieron en lo alto y palidecieron ante la brillantez de tus flechas y el resplandor de tu lanza.