3 Hice como el SEÑOR me pidió, y encontré al alfarero trabajando en su torno.
4 Pero la tinaja que estaba haciendo no le salió como quería; entonces la redujo a una bola de arcilla y de nuevo comenzó a darle forma.
5 Entonces el SEÑOR dijo:
6 Oh Israel, ¿acaso no puedo yo hacer contigo lo que este alfarero hace con su arcilla? Como la arcilla en las manos del alfarero, así estás tú en mis manos.
7 Siempre que anuncie yo que una nación ha de ser tomada y destruida,
8 si esa nación se aparta de su mala conducta, no la destruiré según había planeado.
9 Y si anuncio que determinada nación será fortalecida y engrandecida,