3 Por eso han faltado hasta las lluvias de primavera, porque tú eres una coqueta del todo desvergonzada.
4-5 Y sin embargo me dices: «¡Oh Padre, tú siempre has sido amigo mío, de seguro no estarás enojado por una pequeñez así, de seguro la olvidarás!» Eso dices y prosigues haciendo todo el mal que puedes. Se han acumulado sin fin los delitos que has cometido.
6 Este comunicado del SEÑOR me llegó durante el reinado del rey Josías:¿Has visto lo que hace Israel? Se comporta como esposa infiel que se entrega a otros hombres cada vez que puede, pues es semejante lo que hace Israel al rendirle homenaje a otros dioses en cualquier colina, debajo de cada árbol frondoso.
7 Yo pensaba que algún día retornaría a mí y volvería a ser mía; pero no regresó. Y su infiel hermana Judá vio la permanente rebelión de Israel,
8 pero no puso atención aunque vio que yo me divorcié de la infiel Israel. Ahora también Judá me ha dejado y se ha entregado a la prostitución, pues ha acudido a otros dioses para adorarlos.
9 No le dio ninguna importancia al asunto; para ella no era nada adorar ídolos de madera y piedra, y así la tierra se contaminó y se corrompió grandemente como consecuencia de estas conductas reprobables.
10 Luego, más tarde, esta infiel «regresó» a mí, pero su «arrepentimiento» era fingido, dice el SEÑOR.