9 entonces sólo le serán fieles al SEÑOR su Dios, y a David su Rey, a quien yo volveré a la vida para que les ayude, dice el SEÑOR.
10 ¡No temas, pues, oh Jacob, siervo mío; no te desalientes, oh Israel, porque yo te conduciré a tu hogar desde tierras lejanas, y a tus hijos desde su destierro! Todos tendrán reposo y tranquilidad en su propia patria, y nadie los atemorizará
11 porque yo estoy con ustedes y los libraré de cualquier peligro, dice el SEÑOR. Aunque destruya totalmente a las naciones en donde los he esparcido, no los exterminaré a ustedes; los castigaré, es cierto, no se librarán del castigo, para que les sirva de corrección.
12 Porque tu maldad es como una llaga incurable, terrible herida.
13 No hay quien los ayude a vendar su herida y ningún remedio es eficaz.
14 Todos tus amantes te han abandonado y ya no te tienen ningún cariño; porque cruelmente los he herido, como si fuese enemigo suyo; sin misericordia, como si fuese un implacable adversario; porque sus pecados son muy numerosos, y su culpa muy grande.
15 ¿Por qué protestan por su castigo? ¡Tan escandalosa es su maldad que su dolor no debería tener fin! Es por lo grande de su maldad que he tenido que castigarlos tanto.