3 Después salieron e hirieron de muerte con sus armas a todos los oficiales judíos y a todos los oficiales babilonios que estaban en Mizpa con Guedalías.
4 Al día siguiente, antes que nadie se enterara de lo ocurrido,
5 ochenta hombres procedentes de Siquem, Siló y Samaria marcharon a Mizpa para adorar en el templo del SEÑOR. Se habían rasurado la barba, habían rasgado sus vestiduras y herido sus cuerpos; y traían ofrendas y perfumes delicados.
6 Ismael salió a su encuentro desde la ciudad, llorando mientras marchaba. Cuando se topó con ellos les dijo:—¡Vengan y vean lo que le ha ocurrido a Guedalías!
7 Luego, cuando estuvieron dentro de la ciudad, Ismael y sus hombres mataron a todos, excepto a diez, y arrojaron sus cadáveres a una cisterna.
8 Los diez habían convencido a Ismael que los dejara partir y que ellos le traerían sus tesoros de trigo, cebada, aceite y miel que habían escondido.
9 La cisterna en que Ismael echó los cadáveres de los hombres que había asesinado era la grande construida por el rey Asa cuando fortificó a Mizpa para protegerse contra Basá, rey de Israel.