3 Esto que va a suceder ustedes se lo contarán a sus hijos y ellos, a su vez, se lo contarán a sus propios hijos, de modo que la historia se irá contando de una generación a otra.
4 ¡Todos los cultivos fueron devorados por las plagas! Primero vinieron las orugas y se comieron una parte. Luego vinieron las langostas y acabaron con otra parte. Después de éstas vinieron sucesivamente pulgones y saltamontes y se comieron lo poco que quedaba.
5 ¡Despierten y lloren ustedes, borrachos, pues no hay uvas para preparar el vino! ¡Les quitarán hasta el mosto que tengan en la boca!
6 ¡Un inmenso ejército los invade! Es un ejército terrible, demasiado numeroso como para poder ser contado, ¡es tan terrible y destructor que parece tener dientes y garras como los de los leones!
7 Han arruinado mis viñedos y desgajado las higueras. ¡Las han derribado y pelado por completo!
8 Llora, como llora desconsolada una joven novia porque han matado a su prometido.
9 Ya no hay cereales ni vino para llevar como ofrenda al templo del SEÑOR. Por eso están de luto los sacerdotes que sirven al SEÑOR, quienes ministran en su templo.