2 Fue juez en Israel durante veintitrés años. Cuando murió, fue sepultado en Samir,
3 y le sucedió Jair, un hombre de Galaad que juzgó a Israel durante veintidós años.
4 Tenía treinta hijos que cabalgaban en treinta burros y poseían treinta ciudades en la tierra de Galaad que todavía son conocidas con el nombre de ciudades de Jair.
5 Cuando Jair murió fue sepultado en Camón.
6 El pueblo de Israel se apartó de Jehová nuevamente y adoró los dioses paganos Baal y Astarot, y los dioses de Siria, Sidón, Moab, Amón y Filistea. No sólo esto, sino que también habían dejado completamente la adoración de Jehová.
7-8 Esto hizo que Jehová se airara contra su pueblo y permitiera que los filisteos y los amonitas comenzaran a molestarlos y a oprimirlos. Estos ataques ocurrían al oriente del Jordán, en la tierra de los amorreos (que está en Galaad),
9 y también en Judá, Benjamín y Efraín, porque los amonitas cruzaban el Jordán para atacar a los israelitas. Esto ocurrió durante dieciocho años.