7 pero me dijo: "Vas a tener un hijo varón". Y me dijo que no bebiera vino ni cerveza, y que no comiera alimentos impuros, porque el bebé iba a ser nazareo, que estaría consagrado a Dios desde el momento de su nacimiento hasta el día de su muerte.
8 Entonces Manoa oró:—Oh Jehová, que venga nuevamente para que nos instruya mejor acerca del hijo que nos vas a dar.
9 El Señor contestó su oración, y el Ángel de Dios se le apareció nuevamente a su esposa estando ella en el campo. Pero otra vez estaba sola. Manoa no estaba con ella.
10 La mujer corrió en busca de su esposo y le dijo:—Aquel varón está aquí otra vez.
11 Manoa corrió con su esposa y le preguntó:—¿Eres tú la persona que le habló a mi esposa el otro día?—Sí —le respondió—. Yo soy.
12 Entonces Manoa le preguntó: —¿Cómo hemos de criar al niño cuando nazca?
13 Y el Ángel le contestó:—Que tu esposa observe lo siguiente: