1 ¡Jerusalén, ciudad guerrera, prepárate para la guerra, refuerza tus murallas pues nos han sitiado y el gobernante de Israel será humillado y maltratado!
2 Pero tú, Belén Efrata, aunque eres sólo un pequeño pueblo de Judá, serás el lugar de donde nacerá el rey que gobernará a Israel. Este rey pertenece a una familia muy antigua y su linaje se remonta hasta tiempos muy lejanos.
3 Dios abandonará a su pueblo en manos de sus enemigos, pero sólo hasta el momento en que la mujer que está embarazada dé a luz a este rey. Entonces todos los israelitas que fueron llevados al exilio volverán a reunirse con sus compatriotas que se quedaron en Judá.
4 En aquel tiempo este rey se levantará con mucho poder y guiará al pueblo de Dios con seguridad y autoridad, como un pastor apacentará a su rebaño con el poder y la grandeza que el SEÑOR su Dios le dará. Y logrará que su pueblo viva seguro y en paz, y su reino se extenderá hasta el último rincón de la tierra.