8 Efraín se jacta: «¡Yo soy muy rico! ¡Lo he logrado todo por mi propia cuenta! ¡Nadie podrá probar que he engañado a alguien!»
9 El SEÑOR dice: «Yo soy el mismo SEÑOR, el mismo Dios que los libró de la esclavitud de Egipto, y yo soy el que los hará vivir nuevamente en tiendas, como lo hacían cuando estaban en el desierto.
10 Yo envié a mis profetas para advertirles por medio de muchas visiones, parábolas y sueños».
11 Los que viven en Galaad no hacen sino mentir, sólo pensando en cometer maldades. En Guilgal ofrecen bueyes como sacrificios rituales a sus dioses falsos; por eso sus altares serán destruidos y sus piedras esparcidas por el campo.
12 Jacob huyó a Siria y cuidando ovejas se ganó una esposa, tuvo que trabajar muchos años como pastor para obtener la mano de su novia.
13 Luego el SEÑOR, por medio de un profeta, sacó a Israel de Egipto y lo cuidó durante la marcha por el desierto.
14 Pero Efraín ha hecho enojar al SEÑOR, le ha causado un gran disgusto con sus actos violentos. Por eso el SEÑOR le hará pagar por sus crímenes y hará que el mal que hizo se vuelva en su contra.