1 Israel, vuelve a ser fiel al SEÑOR, tu Dios, pues tu maldad te ha hecho caer en tan desastrosa situación.
2 Ven con confianza, presenta tu ruego delante del SEÑOR, y dile: «SEÑOR, quítanos nuestra inclinación a cometer maldades; muestra tu bondad hacia nosotros y recíbenos de nuevo, y te ofreceremos cantos de gratitud.
3 Asiria no nos puede salvar, ni tampoco nuestra poderosa caballería; nunca más confiaremos en los ídolos que hemos hecho con nuestras manos, pues solamente en ti, SEÑOR, los huérfanos encuentran misericordia».
4 Entonces el SEÑOR dirá: «¡Yo te curaré de la idolatría y de la infidelidad, y mi amor no conocerá límites, pues mi cólera se habrá aplacado para siempre!
5 Yo seré de nuevo para Israel su Dios amoroso y proveedor. Lo refrescaré como lo hace el rocío del cielo, y lo haré florecer como el lirio, y echará raíces profundas como los árboles del Líbano.
6 Volverá a crecer como si fuera un árbol frondoso. Sus ramas se extenderán y serán tan hermosas como las de los olivos y tan fragantes como los cedros del Líbano.