7 Mi boca hablará la verdad, porque mis labios detestan la mentira.
8 Mis palabras son justas; no hay en ellas perversidad o cosa torcida.
9 Mis palabras son claras para el que quiera entender; irreprochables para el que sea sabio.
10 Elijan mi instrucción en lugar de la plata, y el conocimiento en lugar del oro puro».
11 Porque la sabiduría vale mucho más que las piedras preciosas; nada se puede comparar con ella.
12 Yo, la sabiduría, habito con el buen juicio, y sé dónde encontrar discernimiento y conocimiento.
13 El que teme al SEÑOR aborrece el mal; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el hablar perverso.