1 ¡Pobre de Jerusalén, que es una ciudad rebelde, llena de maldad y opresión!
2 En su soberbia no quiere oír la voz de Dios. Nadie puede decirle nada; rechaza toda corrección. Ella ya no confía en el SEÑOR, ni busca ser fiel a su Dios.
3 Sus jefes son como leones rugientes que acechan a sus víctimas para quitarles cuanto tienen. Sus jueces son como rapaces lobos nocturnos que no dejan ni los restos de su presa para la mañana.
4 Sus profetas son unos parlanchines mentirosos que engañan a la gente. Sus sacerdotes deshonran el templo con sus infracciones a la ley de Dios.