2 ¡Qué necedad es pedir algo a los ídolos! Las predicciones de los adivinos son un montón de mentiras necias; ¿qué consuelo hay en promesas que no llegan a cumplirse? Judá e Israel han sido engañados por ellos y por eso ahora vagan como ovejas perdidas; todos las atacan porque no tienen pastor que las defienda.