7 Será un día único, muy especial, que sólo el SEÑOR sabe cómo será. No habrá días ni noches como estamos acostumbrados; a la hora que normalmente anochece habrá plena luz.
8 »En aquel día, las aguas que todo lo llenan de vida y verdor fluirán desde Jerusalén, la mitad hacia el Mar Muerto y la otra mitad hacia el Mediterráneo, corriendo continuamente en invierno y en verano, sin agotarse.
9 Y el SEÑOR será Rey sobre toda la tierra. En aquel día solo el SEÑOR será reconocido como Dios, y sólo su nombre será reconocido como digno de honor y homenaje.
10 »Toda la tierra, desde Gueba, en el norte, hasta Rimón, al sur de Jerusalén, será una extensa llanura, pero Jerusalén estará en un sitio elevado, abarcando el área que se extiende desde la puerta de la ciudad de Benjamín hasta el lugar conocido como de la puerta Vieja, y hasta la puerta del Ángulo, y desde la torre de Jananel hasta donde se encuentran los lagares del rey.
11 Y Jerusalén será de nuevo habitada por sus propios ciudadanos; en ella se gozará de paz y seguridad, y nunca más volverá a ser destruida.
12 »Y el SEÑOR enviará una plaga contra todos los pueblos que lucharon contra Jerusalén. Serán como cadáveres vivientes, pues se les pudrirá la carne, se les hundirán los ojos en sus cuencas, y la lengua se les pegará al paladar.
13 Se llenarán del terror y la angustia provocados por el SEÑOR, y pelearán unos contra otros, completamente confundidos.