1 Por eso, tú, Timoteo, hijo mío, aprópiate de la fuerza que Jesucristo da por su amor.
2 Lo que me has oído decir en presencia de muchos, enséñalo a creyentes de confianza que, a su vez, lo puedan enseñar a otros.
3 Soporta los sufrimientos junto con nosotros como buen soldado de Jesucristo.
4 No te enredes en los asuntos de esta vida, porque ello no agradaría al que te tomó por soldado.
5 De la misma manera, el atleta obedece las reglas del deporte si no quiere ser descalificado y perder el premio.
6 También el agricultor: trabaja duro para recibir primero parte de la cosecha.