7 ¡Miren! ¡Viene en las nubes, ante los ojos de la humanidad entera, y hasta los que lo traspasaron lo verán! Y las naciones de la tierra llorarán de pesar por él.¡Amén! ¡Que así sea!
8 «Yo soy la A y la Z, —dice el Señor Dios—, el que es, que era y que ha de venir, el Todopoderoso».
9-10 Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la fortaleza que nos da Jesucristo, un día del Señor estaba en la isla de Patmos, a donde me habían desterrado por predicar la palabra de Dios y contar lo que sé de Jesucristo. Entonces quedé bajo el poder del Espíritu y escuché detrás de mí una voz que, estridente como toque de trompeta,
11 me dijo:«Escribe en un libro todo lo que veas, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia:c Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea».
12 Cuando me volví para mirar al que me hablaba, vi siete candeleros de oro.
13 En medio de los candeleros estaba un personaje muy parecido al Hijo del Hombre, vestido de un manto que le llegaba hasta los pies, y ceñido al pecho con una banda de oro.
14 Tenía el pelo blanco como la lana o la nieve, y los ojos penetrantes como llamas de fuego.