13 Él se puso a mi lado y me dijo: “Hermano Saulo, ¡recibe la vista!”. Y en aquel mismo instante recobré la vista y pude verlo.
14 Luego me dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas sus planes, y veas al Justo y oigas las palabras de su boca.
15 Tú serás su testigo ante todo el mundo de lo que has visto y oído.
16 No hay tiempo que perder. Levántate, bautízate, y lávate de tus pecados invocando su nombre”.
17 »Cuando regresé a Jerusalén, en el templo tuve una visión mientras oraba.
18 Vi al Señor que me decía: “¡Date prisa! Sal en este momento de Jerusalén, porque no creerán lo que digas acerca de mí”.
19 Yo le respondí: “Señor, ellos saben que yo andaba por todas las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían en ti.