27 que viene después de mí. A él, yo ni siquiera merezco desatarle la correa de las sandalias.
28 Todo esto ocurrió en Betania, el pueblo que está en el lado este del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.
29 Al día siguiente Juan vio que Jesús se acercaba a él, y exclamó: «¡Aquí viene el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
30 Él es aquel de quien dije: “Después de mí viene un hombre que es más importante que yo, porque existía antes que yo”.
31 Yo no lo conocía, pero vine bautizando con agua para que él se diera a conocer al pueblo de Israel».
32 Juan añadió: «Yo vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él.
33 Yo mismo no lo conocía, pero el que me mandó a bautizar con agua me dijo: “Cuando veas al Espíritu descender y posarse sobre alguien, ese es el que bautiza con el Espíritu Santo”.