3 Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste.
4 Yo te he glorificado en la tierra, y he cumplido con la obra que me diste para hacer.
5 Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la misma gloria que tenía cuando estaba contigo, antes que el mundo existiera.
6 »A los que me diste del mundo les he mostrado quién eres. Ellos eran tuyos y tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra.
7 Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti,
8 porque les he dado el mensaje que me diste, y ellos lo aceptaron. Ellos están seguros que vine de ti, y han creído que tú me enviaste.
9 Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos.