34 Llegó adonde estaba, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó.
35 Al día siguiente, le dio dos monedas de plata al dueño del alojamiento y le dijo: “Cuídeme a este hombre, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando vuelva”.
36 ¿Cuál de los tres piensas que se comportó como el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
37 El maestro de la ley contestó:—El que se compadeció de él.Entonces Jesús le dijo:—Anda pues y haz tú lo mismo.
38 Jesús y sus discípulos continuaron su viaje y entraron en un pueblo. Allí, una mujer llamada Marta los recibió en su casa.
39 Ella tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor a escucharlo.
40 Marta, estaba preocupada, pues tenía mucho que hacer. Entonces se acercó a Jesús y le dijo:—Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? Dile que me ayude.