41 Den a los pobres de lo que ustedes tienen dentro, y así todo quedará limpio.
42 »¡Ay de ustedes, fariseos!, porque se cuidan de dar la décima parte de la menta, de la ruda y de toda clase de legumbres, pero no tienen cuidado de la justicia y el amor de Dios. Debían haber hecho eso, sin dejar de hacer lo otro.
43 »¡Ay de ustedes, fariseos!, porque aman los asientos de honor en las sinagogas y que los saluden en las plazas.
44 »¡Ay de ustedes!, porque son como sepulcros ocultos, que la gente no ve y pisa sin darse cuenta.
45 Un maestro de la ley le dijo:—Maestro, cuando dices todo esto también a nosotros nos insultas.
46 Jesús le respondió:—¡Ay de ustedes también, maestros de la ley! Ponen sobre los demás cargas que apenas pueden soportar, y ustedes no levantan ni un dedo para ayudarlos.
47 »¡Ay de ustedes!, porque construyen monumentos para los profetas que los antepasados de ustedes mismos mataron.