14 El jefe de la sinagoga se enojó, porque Jesús había sanado en sábado, y le dijo a la gente:—Hay seis días en que se puede trabajar. Vengan esos días para ser sanados y no el sábado.
15 El Señor le contestó:—¡Hipócritas! ¿No desatan ustedes su buey o su burro en sábado y lo llevan a tomar agua?
16 Y a esta mujer, que es descendiente de Abraham, y a quien Satanás tuvo enferma por dieciocho años, ¿no se le debía desatar esta cadena en sábado?
17 Cuando él habló de esta manera, sus enemigos quedaron en vergüenza ante la gente, pero ésta estaba feliz por las maravillas que él hacía.
18 Jesús también les dijo:—¿A qué se parece el reino de Dios? ¿Con qué puedo compararlo?
19 El reino de Dios se parece a una semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerto. Creció y se convirtió en un árbol grande, y en sus ramas las aves hicieron sus nidos.
20 Jesús volvió a decir:—¿Con qué puedo comparar el reino de Dios?