1 Jesús les dijo a sus discípulos:—No se pueden evitar los tropiezos, pero ¡ay de aquel que los causa!
2 Mejor le sería que lo arrojaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, que ser la causa de que tropiece uno solo de estos pequeños.
3 Así que, ¡tengan cuidado!»Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo.
4 Aun si en un día peca siete veces contra ti, y siete veces regresa a decirte: “Me arrepiento”, perdónalo.
5 Luego los apóstoles le dijeron al Señor:—¡Haz que nuestra fe aumente!
6 El Señor les respondió:—Si la fe que ustedes tienen fuera tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Saca tus raíces de aquí y plántate en el mar”, y el árbol les obedecería”.
7 »Si ustedes tienen un sirviente que ha estado arando el campo o cuidando las ovejas, cuando él regresa, ¿le van a decir: “ven y siéntate a comer”?