19 Ellos le respondieron:—Unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que eres Elías, y otros que eres uno de los antiguos profetas que ha resucitado.
20 —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?Pedro contestó:—Eres el Cristo de Dios.
21 Jesús les dio órdenes estrictas de que no le dijeran esto a nadie. Y les explicó:
22 —El Hijo del hombre va a sufrir mucho y será rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Lo van a matar, pero al tercer día resucitará.
23 Entonces se dirigió a todos y les dijo:—El que quiera ser mi discípulo debe olvidarse de sí mismo, llevar su cruz cada día y seguirme,
24 porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará.
25 ¿De qué le sirve a alguien ganar el mundo entero si se destruye a sí mismo?