1 En otra ocasión, Jesús entró en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada.
2 Como era el día de reposo, quienes querían acusar a Jesús lo vigilaban para ver si se atrevería a curar al enfermo.
3 Jesús le pidió al hombre que tenía la mano paralizada que se parara frente a todos.
4 Y les preguntó a los otros:—¿Qué es correcto hacer en el día de reposo: el bien o el mal? ¿Es éste un día para salvar una vida o para matar?No le contestaron.
5 Jesús, mirándolos con una mezcla de enojo y tristeza por la indiferencia que mostraban, le dijo al hombre:—Extiende la mano.Y al extenderla, se le sanó.
6 En cuanto salieron, los fariseos se reunieron con los herodianosb para urdir un plan con el propósito de matar a Jesús.
7 Jesús y sus discípulos se retiraron a la orilla del lago, y los siguieron una gran multitud que venía de Galilea,