10 Al poco rato decapitaron a Juan en la prisión
11 y le ofrecieron a la muchacha la cabeza en una bandeja, y ella se la llevó a su madre.
12 Después los discípulos de Juan fueron, lo enterraron y corrieron a contarle a Jesús lo sucedido.
13 Cuando le dieron a Jesús la noticia, él tomó una barca y se fue a un lugar desierto donde pudiera estar a solas. Pero la gente vio hacia dónde se dirigía, y muchos fueron a pie hasta allá desde las ciudades vecinas.
14 Cuando Jesús llegó, encontró que una vasta multitud lo esperaba y, compadecido, sanó a los enfermos.
15 Al atardecer, los discípulos se le acercaron y le dijeron:—Ya pasó la hora de la cena y aquí en el desierto no hay nada que comer. Despide a la gente para que vaya por los pueblos a comprar alimentos.
16 —¿Por qué? —les respondió Jesús—. ¡Denles ustedes de comer!