6 Sin embargo, acerca de los que confían en Dios para que los declare justos, dice:“No tienes que preguntarte, ¿quién subirá al cielo? (para pedirle a Cristo que descienda),
7 ni tienes que decir: ¿quién bajará al abismo? (para retornar a Cristo a la vida”).
8 Más bien, nosotros predicamos el mensaje de fe que la Escritura enseña:“El mensaje está a tu alcance, en tu boca y en tu corazón.”
9 Si declaras con tu boca que Jesús es el Señor y crees de corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, Dios te salvará.
10 Porque a quien cree de corazón, Dios lo da por justo; y a quien reconoce a Jesús, Dios lo salva.
11 Pues las Escrituras afirman que los que creen en Cristo jamás serán defraudados.
12 Pues el mismo Señor que es Señor de todos no hace diferencia entre el judío y el que no lo es. Él bendice generosamente a quienes se lo piden.