2 Me duele el corazón y siento día y noche un gran dolor.
3 Estaría dispuesto a condenarme eternamente lejos de Cristo, si con ello mis hermanos, los de mi propia raza, se salvaran.
4 El pueblo de Israel fue adoptado como hijo de Dios. El Señor le mostró su gloria divina; le dio los pactos, la ley, el culto y las promesas.
5 Los israelitas son descendientes de los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, que es Dios sobre todas las cosas. ¡Bendito sea para siempre! Amén.
6 Entonces, ¿perdieron valor las promesas de Dios? No.Lo que pasa es que no todos los que descienden de Israel son el verdadero pueblo de Israel.
7 El simple hecho de descender de Abraham no los hace verdaderos hijos de Abraham. Por eso las Escrituras dicen que las promesas se aplican sólo a un hijo de Abraham, Isaac.
8 Esto quiere decir que no todos los hijos de Abraham son hijos de Dios. Solo se les considera verdaderos hijos, a los que lo son en cumplimiento de la promesa de Dios.