23 Así se cumplió la Escritura que dice: «Abraham creyó a Dios y eso se le tomó en cuenta como justicia». Y a Abraham lo llamaron amigo de Dios.
24 Como pueden ver, a una persona se la declara justa por sus acciones, y no sólo por su fe.
25 Lo mismo le pasó a Rahab, la prostituta, cuando recibió a los espías y los ayudó a huir por otro camino. Ella fue declarada justa.
26 Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, la fe sin acciones está muerta.