3 Su oro y su plata están oxidados. Y ese óxido será un testigo contra ustedes y les consumirá el cuerpo como un fuego. Han estado juntando riquezas a pesar de que estos son los últimos tiempos.
4 Ustedes no pagaron el salario a los obreros que les trabajaron sus campos, y ese hecho grita contra ustedes. El grito de protesta de esos trabajadores lo ha escuchado el Señor todopoderoso.
5 Ustedes han vivido en este mundo con gran lujo y placer desenfrenado. Lo que han hecho es engordar para el día de la matanza.
6 Han acusado y matado al inocente sin que él pudiera defenderse.
7 Por eso, hermanos, tengan paciencia hasta que el Señor venga. Sean como el agricultor que espera a que la tierra dé su precioso fruto y aguarda con paciencia las temporadas de lluvia.
8 Así también ustedes, manténganse firmes y esperen con paciencia la venida del Señor, que ya está cerca.
9 Hermanos, no se quejen unos de otros, para que no sean juzgados, pues el juez ya está a la puerta.