8 Capturó vivo a Agag, rey de los Amalecitas, y destruyó por completo a todo el pueblo a filo de espada.
9 Pero Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y lo mejor de las ovejas, de los bueyes, de los animales engordados, de los corderos y de todo lo bueno. No lo quisieron destruir por completo; pero todo lo despreciable y sin valor lo destruyeron totalmente.
10 Entonces vino la palabra del Señor a Samuel:
11 "Me pesa haber hecho rey a Saúl, porque ha dejado de seguirme y no ha cumplido Mis mandamientos." Y Samuel se conmovió, y clamó al Señor toda la noche.
12 Y se levantó Samuel muy de mañana para ir al encuentro de Saúl; y se le dio aviso a Samuel: Saúl se ha ido a Carmel, donde se ha levantado un monumento para sí, y dando la vuelta, ha seguido adelante bajando a Gilgal.
13 Entonces Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: "¡Bendito seas del Señor! He cumplido el mandamiento del Señor."
14 Pero Samuel dijo: "¿Qué es este balido de ovejas en mis oídos y el mugido de bueyes que oigo?"