5 Así que proclamaron un decreto para hacer correr la voz por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, para que vinieran a celebrar la Pascua al Señor, Dios de Israel, en Jerusalén. Porque muchos no la habían celebrado como estaba escrito.
6 Los mensajeros fueron por todo Israel y Judá con cartas de parte del rey y de sus príncipes, conforme al mandamiento del rey, diciendo: "Israelitas, vuélvanse al Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, para que El se vuelva a aquellos de ustedes que escaparon y que han quedado de la mano de los reyes de Asiria.
7 No sean como sus padres y sus hermanos, que fueron infieles al Señor, Dios de sus padres, de modo que El los ha hecho objeto de horror, como ustedes ven.
8 No sean tercos como sus padres, sino sométanse al Señor y entren en Su santuario, que El ha santificado para siempre, y sirvan al Señor su Dios para que Su ardiente ira se aparte de ustedes.
9 Porque si se vuelven al Señor, sus hermanos y sus hijos hallarán compasión delante de los que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra. Porque el Señor su Dios es clemente y compasivo, y no apartará Su rostro de ustedes si se vuelven a El."
10 Pasaron, pues, los mensajeros de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y de Manasés y hasta Zabulón, pero los escarnecían y se burlaban de ellos.
11 No obstante, algunos hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillaron y vinieron a Jerusalén.