21 Pero Abisai, hijo de Sarvia, respondió: "¿No ha de morir Simei por esto, porque maldijo al ungido del Señor?"
22 Entonces David dijo: "¿Qué tengo yo que ver con ustedes, hijos de Sarvia, para que en este día me sean adversarios? ¿Ha de morir hoy hombre alguno en Israel? ¿Acaso no sé que hoy soy rey sobre Israel?"
23 Y el rey dijo a Simei: "No morirás." Así el rey se lo juró.
24 También Mefiboset, nieto de Saúl, descendió al encuentro del rey; y no se había aseado los pies, ni recortado el bigote, ni lavado la ropa, desde el día en que el rey se marchó hasta el día en que volvió en paz.
25 Y cuando vino de Jerusalén al encuentro del rey, éste le dijo: "¿Por qué no fuiste conmigo, Mefiboset?"
26 Y él respondió: "Oh rey, señor mío, mi siervo me engañó; pues su siervo se dijo: 'Me aparejaré un asno para montar en él e ir con el rey,' porque su siervo es cojo.
27 Además, ha calumniado a su siervo ante mi señor el rey; pero mi señor el rey es como el ángel de Dios; haga, pues, lo que le parezca bien.