22 Los Israelitas entraron por en medio del mar, en seco, y las aguas les eran como un muro a su derecha y a su izquierda.
23 Entonces los Egipcios reanudaron la persecución, y entraron tras ellos en medio del mar todos los caballos de Faraón, sus carros y sus jinetes.
24 A la vigilia de la mañana (2 a 6 a.m.), el Señor miró el ejército de los Egipcios desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el ejército de los Egipcios.
25 Y entorpeció las ruedas de sus carros, e hizo que avanzaran con dificultad. Entonces los Egipcios dijeron: "Huyamos ante Israel, porque el Señor pelea por ellos contra los Egipcios."
26 Entonces el Señor dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre el mar para que las aguas vuelvan sobre los Egipcios, sobre sus carros y su caballería."
27 Y Moisés extendió su mano sobre el mar, y al amanecer, el mar regresó a su estado normal, y los Egipcios al huir se encontraban con él. Así derribó el Señor a los Egipcios en medio del mar.
28 Las aguas volvieron y cubrieron los carros y la caballería, a todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar. No quedó ni uno de ellos.