8 Bien pronto se han desviado del camino que Yo les mandé. Se han hecho un becerro de fundición y lo han adorado, le han ofrecido sacrificios y han dicho: 'Este es tu dios, Israel, que te ha sacado de la tierra de Egipto.'"
9 El Señor dijo además a Moisés: "He visto a este pueblo, y ciertamente es un pueblo terco.
10 Ahora pues, déjame, para que se encienda Mi ira contra ellos y los consuma. Pero de ti Yo haré una gran nación."
11 Entonces Moisés suplicó ante el Señor su Dios, y dijo: "Oh Señor, ¿por qué se enciende Tu ira contra Tu pueblo, que Tú has sacado de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?
12 ¿Por qué han de hablar los Egipcios, diciendo: 'Con malas intenciones los ha sacado, para matarlos en los montes y para exterminarlos de la superficie de la tierra'? Vuélvete del ardor de Tu ira, y desiste de hacer daño a Tu pueblo.
13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, Tus siervos, a quienes juraste por Ti mismo, y les dijiste: 'Yo multiplicaré la descendencia de ustedes como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de la cual he hablado, daré a sus descendientes, y ellos la heredarán para siempre.'"
14 Y el Señor desistió de hacer el daño que había dicho que haría a Su pueblo.