12 Clama y gime, hijo de hombre, Porque ella está contra Mi pueblo, Está contra todos los príncipes de Israel; Ellos son entregados a la espada junto con Mi pueblo; Por tanto, golpéate el muslo.
13 Porque la prueba está hecha; ¿y qué, si el cetro mismo que desprecia la espada deja de existir?" declara el Señor Dios.
14 "Tú, pues, hijo de hombre, profetiza y bate palmas; Sea la espada duplicada y triplicada, La espada para los muertos. Es la espada de la gran víctima, Que los tiene rodeados,
15 Para que sus corazones se acobarden y caigan muchos. En todas sus puertas he puesto la espada reluciente. ¡Ah!, hecha para centellear, Pulida para la matanza.
16 Muéstrate afilada, ve a la derecha; prepárate, ve a la izquierda, Adondequiera que tu filo sea dirigido.
17 También Yo batiré palmas, Y aplacaré Mi furor. Yo, el Señor, he hablado."
18 Y vino a mí la palabra del Señor: