3 Así dice el Señor: "Practiquen el derecho y la justicia, y liberen al despojado de manos de su opresor. Tampoco maltraten ni hagan violencia al extranjero, al huérfano o a la viuda, ni derramen sangre inocente en este lugar.
4 Porque si en verdad observan este mandato, entonces entrarán reyes por las puertas de esta casa, y se sentarán en el lugar de David, en su trono. Entrarán montados en carros y caballos, el rey, sus siervos y su pueblo.
5 Pero si no obedecen estas palabras, juro por mí mismo," declara el Señor, "que esta casa vendrá a ser una desolación."'"
6 Porque así dice el Señor acerca de la casa del rey de Judá: "Eres como Galaad para Mí, Como la cumbre del Líbano; Pero ciertamente te convertiré en un desierto, Como ciudades deshabitadas.
7 Designaré contra ti destructores, Cada uno con sus armas, Y cortarán tus cedros más selectos Y los echarán al fuego.
8 "Pasarán muchas naciones junto a esta ciudad, y cada cual dirá a su prójimo: '¿Por qué ha hecho así el Señor a esta gran ciudad?'
9 Entonces responderán: 'Porque abandonaron el pacto del Señor su Dios, y se postraron ante otros dioses y les sirvieron.'"