15 Ojos era yo para el ciego, Y pies para el cojo.
16 Padre era para los necesitados, Y examinaba la causa que no conocía.
17 Quebraba los colmillos del impío, Y de sus dientes arrancaba la presa.
18 Entonces pensaba: 'En mi nido moriré, Y multiplicaré mis días como la arena.
19 Mi raíz se extiende hacia las aguas, Y el rocío se posa de noche en mi rama.
20 Conmigo siempre es nueva mi gloria, Y mi arco en mi mano se renueva.'
21 Me escuchaban y esperaban, Y guardaban silencio para oír mi consejo.